Los rábanos son un alimento no tan apetecido por muchos, no obstante, si llegas a conocer sus propiedades y beneficios, te sorprenderá esta pequeña hortaliza.
En estos tiempos tan difíciles para todos, algunos de nosotros hemos tomado la opción de cultivar ciertos alimentos en nuestro hogar.
En mi caso, no dispongo de un terreno gigante para hacerlo, por ello lo estoy haciendo en pequeños recipientes.
Cada mes adquiero un poco de tierra cultivable y voy llenando los envases, de esta manera he conformado un pequeño huerto, y entre los alimentos que he cultivado se encuentra el rábano.
La planta del rábano pertenece a la familia Cruciferae y su nombre científico es el de Raphanus sativus L.
El rábano es la «raíz» carnosa que se obtiene de la planta que tiene el mismo nombre. Posee un sabor picante y se consume como hortaliza.
Existen variedades de formas esféricas, cónicas, cilíndricas y ovaladas. Está recubierto por una corteza en la que también hay bastante diversidad.
Puedes ser roja, blanca, morada, negra o roja y blanca, aunque las más frecuentes son las variedades rojas.
La carne es blanca excepto algunas variedades asiáticas que son rosáceas.
Las propiedades del rábano
La mayoría de las propiedades terapéuticas del rábano se deben a la presencia en su composición de ciertos compuestos azufrados.
Tienen un efecto estimulante de las glándulas digestivas, a la vez que incrementa el apetito.
Por ello, su consumo está indicado en caso de anorexia, así como en patologías biliares y hepáticas, entre sus componentes contiene glucosinolatos, que se encargan de cuidar el hígado y la vesícula.
Los compuestos azufrados del rábano también presentan acción antibacteriana y antiviral, además de balsámica y expectorante.
Por ello se puede incluir en dietas de personas con problemas respiratorios. Su efecto diurético se debe a los compuestos azufrados y está potenciado por su contenido en potasio.
Sus principales propiedades ofrecen además de su contenido refrescante y estimulante una cantidad de vitamina C y fibra, muy favorable para el tránsito intestinal.
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El rábano es rico en potasio y calcio, además de tener pequeñas cantidades de magnesio, fósforo, hierro, zinc, selenio, cobre y sodio.
También contienen mucha vitamina, especialmente la C y la B9, así como pequeñas cantidades de otras vitaminas B.
Generalmente se consume crudo, a modo de aperitivo o formando parte de ensaladas, bocadillos u otras preparaciones.
Su sabor varía según la variedad, siendo los más suaves los pequeños y alargados de color rojo y blanco. Una vez rallado se suele emplear en una salsa para carnes.
En muchas zonas se consumen las hojas de la planta cuando están frescas, preparándolas de modo similar a las espinacas.
Cada 100 g de producto fresco comestible aportan un valor energético de 12-12 kcal, siendo éstas unas cifras bastante bajas, razón esta para ser utilizado en dietas de adelgazamiento.
Contiene más de 20 aminoácidos.
Los sorprendentes beneficios de los rábanos
Fortalece el sistema inmunológico
El rábano es rico en vitamina C, un importante antioxidante y una súper vitamina.
Se le considera así debido a los múltiples beneficios que puede brindarle a nuestro organismo su consumo.
La vitamina C no solo está presente en los cítricos; en los rábanos también se puede encontrar este nutriente que es capaz de ayudar al sistema inmunológico a protegernos de resfriados comunes, virus, bacterias y otras enfermedades infecciosas.
Combate el dolor de garganta cuando se los comen crudos sobre todo.
El rábano facilita la digestión
La digestión es uno de los procesos más importantes del cuerpo y esta hortaliza ayuda en él porque colabora para que todo fluya naturalmente por su alto contenido en agua.
Por esta razón, también es un buen alimento recomendado en casos de estreñimiento ya que interviene en la normalización de la flora intestinal.
Son diuréticos
los rábanos están compuestos en gran porcentaje por agua. Esto quiere decir que aparte de ser bajos en calorías, mantiene hidratado el cuerpo y además lo ayuda a deshacerse de esas toxinas indeseadas.
Así, los rábanos favorecen no solo al sistema digestivo sino también a los riñones, la vesícula, el hígado, el sistema circulatorio y más.
Una de las formas de tomar el rábano para problemas de orina o riñones es licuado dos veces al día.
Combate las enfermedades cardiovasculares
El rábano es alto en potasio, el cual incide saludablemente en la regularización de la presión arterial, uno de los principales factores de riesgo de las enfermedades cardiovasculares.
También cuenta con un tipo de flavonoide que tiene propiedades antinflamatorias, lo que ayuda a la correcta circulación sanguínea.
El rábano es fuente de fibra
Esto significa que cuando los consumes, la sensación de saciedad perdura por más tiempo, lo que ocasiona que comas menos y por ende pierdas peso.
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La fibra también es beneficiosa para mantener adecuado el nivel de azúcar en sangre, la buena salud de la piel, retrasa el envejecimiento gracias a la vitamina C, del sistema digestivo y más.
El rábano puede prevenir el cáncer
Como los rábanos ayudan al organismo a deshacerse de toxinas, limpian los riñones y los sistemas en general, se convierte en un excelente aliado para prevenir el cáncer.
Específicamente el cáncer de colon, intestinal, cáncer de estómago, de boca y cáncer renal.
Incluso se han realizado estudios que demuestran que sustancias presentes en los rábanos son capaces de eliminar células cancerígenas por el impacto que tienen en la genética de ellas.
Recomendable para los asmáticos
El rábano tiene la propiedad de disminuir la congestión en las vías respiratorias.
La nariz, garganta, pulmones y boca se ven beneficiados porque los descongestiona.
Así que para las personas que sufren de asma, sinusitis o bronquitis, el rábano es un fruto que no puede quedar por fuera de la dieta si se quiere experimentar mejoría en los síntomas.
Se recomienda su consumo en personas que estén pasando por un tratamiento de quimioterapia. Su contenido en antioxidantes es clave para regenerar el oranismo.
Rábanos para bajar de peso
El rábano está muy indicado para adelgazar porque más del 94% es agua. Esto facilita la digestión, es imprescindible para todos los procesos del cuerpo y, además, ayuda a saciar sin necesidad de comer una gran cantidad de alimentos.
De hecho, solo un 0,54% del rábano es grasa y un 0,6% es proteína (cada 100 gramos contienen 20 kilocalorías). Entre sus demás nutrientes, destaca un 1,6% de fibra y casi un 4% de carbohidratos.
Si estás buscando ensaladas ligeras, saludables y saciantes, este es un alimento ideal.
Contraindicaciones al alimentarse con rábanos
El rábano tiene propiedades diuréticas que estimulan la producción de orina. Pero si se consume en exceso, podría provocar una pérdida excesiva de agua que resulte en deshidratación.
Obviamente, estamos hablando de cantidades muy grandes que no es habitual comer.
También puede producir presión arterial baja y no están recomendados para personas con cálculos biliares o mujeres embarazadas.
Es nocivo para personas que sufren de hipotiroidismo o bocio. Esto, debido a que no permite que el yodo se absorba de forma correcta en el cuerpo y, por lo tanto, la glándula de la tiroides tiende a agrandarse.
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Muchas veces produce malestar estomacal y hasta nauseas, porque literalmente puede irritar la mucosa gástrica cuando se le consume en exceso.
Se le atribuye principalmente a la presencia de un compuesto llamado isotiocianato de alilo.
Debido a que el rábano es un gran regulador de la presión arterial, aquellas personas que tengan la presión arterial baja deben consumirlo con moderación, ya que pueden sufrir hipotensión.
Como tiene mucho azufre, produce flatulencias la mayoría de las veces.
Jarabe de rábanos para calmar la tos
Es un alivio natural muy sencillo de preparar:
- Ralla el rábano fresco (las variedades negras son las más efectivas).
- Incorpora media cucharadita de clavo de olor molido y otra de miel.
- Añade la mezcla a un vaso de agua o té caliente y déjalo hasta que esté lo suficientemente templado como para que lo puedas beber sin quemarte.
- Para que sea más efectivo, mientras persista la tos, tómalo entre tres y cinco veces al día.
Es importante que investigues a profundidad si tal o cual alimento no te produce daño alguno, siempre acude al especialista en estos casos.
Recuerda que estas son informaciones, más no opiniones. Cualquier duda despéjala con tu médico de cabecera o un profesional de la salud.
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